Dirumpo ergo sum

Estimados bloggeros, hoy quiero hablar paradójicamente en una lengua muerta. El latín es nuestra lengua abuela y es indudable la influencia que ha tenido no sólo en las lenguas romances, sino también en otras, como las germánicas. Aunque la mayoría de la lengua latina ha evolucionado total o parcialmente en español, existen aún muchas locuciones que se han mantenido tal cual, para dar ese toque 'culto' al lenguaje cotidiano (aunque muchas de ellas han quedado relegadas al lenguaje jurídico). Pero, ¿se suelen usar bien tales locuciones? Veamos un par de ejemplo al respecto.
Seguramente todos habréis escuchado la locución a grosso modo. Significa aproximadamente o a grandes rasgos. He aquí un ejemplo tomado de elEconomista:
El Estado francés debería poder movilizar "a grosso modo unos 100.000 millones de euros" para el futuro "fondo público de intervención", dijo el jueves el secretario de Estado de Empleo Laurent Wauquiez, aunque la cifra, según su entorno, se refiere al monto destinado a la actividad económica para tres años.
El mal uso de este ejemplo radica en que la expresión es "grosso modo", sin la preposición a delante, tal y como vemos aquí:

El Chiclana volvió a repetir grosso modo el esquema de sus dos partidos anteriores como local y alternó minutos de juego ofensivo, en los que supera de largo a su rival de turno, con otras fases donde relaja la tensión en defensa y allana el camino sobremanera a las delanteras rivales hacia el gol.
Otra locución que suele usarse de forma incorrecta es "de motu propio". En este ejemplo de El País lo vemos:

Lo acabas de vivir de motu propio y tus neuronas todavía almacenan esa información.
Al igual que en el caso anterior, la preposición sobra y la locución sería motu proprio, con una r entre p e i, tal y como señala también el diccionario de El País.


Representación de la muerte del latín ante las lenguas neonatas en la Edad Media


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